niñez tesoro culpable.

El instinto de culpabilidad siempre le rondaba la vida.
- ¿Cómo se implanto en mi vida?- se decía
- En la niñez entro y se quedó para siempre. -

La carrera final

Corría los 1.500 metros, siete vueltas y media al estadio, un disparo provoco la salida, rápidamente ella se puso en cabeza, escuchaba su respiración y las de sus compañeras, los golpes en el la pista le marca los ritmos, y un bullicio lejano no le distraía de su objetivo.
Seguía sin parar por la pista, 7 vueltas, 6, 5, 4, 3, atenta a sus compañeras de viaje, se pone la primera, 2 vueltas para finalizar, ahora si que escucha el público de las gradas, y la respiración de su rival, la única que ya le queda, una vuelta y la campana anuncia la final, corre acelera, escucha su cuerpo y el de su rival, la meta esta a 50 metros, sigue, sigue, lo pasa, y sin saberlo su cuerpo no le puede tener en pie, cae sobre la pista, no puede respirar, esta paralizada, y ya no puede hacer nada mas que alguién le ayude. No pregunta nada, no puede decir lo que le pasa, esta paralizada. Nota que de la boca le sale algo, con el brazo inservible trata de acercarlo a la boca, y quitarse el liquido caliente que siente en su boca. Y una camilla de auxilio la suben en ella y rápidamente la suben en la ambulancia.
Ella sigue sin saber si había ganado.

Convivir sin morir

Siempre su madre le decía, con voz amarga, que se le había pasado el arroz, con esta explicación culinaria, ella justificaba su carecencia de pareja como era tradicional en su familia. Sin embargo era feliz sin necesidad de compartir no mas que momentos e instantes que hacia su vida una contínua diversión y felicidad con gente de diferentes sexos que le hacía llevadera su vida diaria.

Edad, vendita mentira.

Ella siempre decía la edad que quería, siempre con algunos digitos de menos, mentía pero no lo hacía con coquetería, simplemente por que nunca se acordaba cuando había nacido.

Sólo el carnet que celosamente lo guardaba con sus papeles mas importantes, uno actualizado y otro antiguo, ya caducado, le decía su edad. Nacida en el 24, así rezaba en su Documento Nacional de Identidad.

Con el paso del tiempo, descubrío que su hermana menor también había nacido en el 24, pero ahora este nuevo dato ya no le daba ninguna importancia, ahora sólo necesita aferrarse a la vida y dejar los años correr, porque la verdad, a veces es mentira.

Exceso de progesterona.

- Tienes exceso de progesterona- sentencia Claudía como si aquella fuera una verdad incuestionable.

- ¿Qué tengo exceso de qué?- pregunta con cara que disparate me quiere vender esta.

- Si, es una hormona cuyo exceso produce un querer ayudar al otro.

- Didme que tengo que hacer para tener aún masl - Hoy le habían alegrado el día.

La terraza de un bar

Las primeras horas de la mañana en verano, son las mas gratas, el frescor con el que te recibe el día, pasa largo del día ahogarte con ese calor que hace del día pura pereza.

Aunque la mañana no tenía para él nada especial, sin embargo fue decisivo para los demás días del verano que había entrado sin llamar y sin esperar el turno pertinente estacional.
Había conocido la terraza del bar, que le proporcionaba la tranquilidad de poder tomar un pequeño desayuno siempre estimulante, la brisa y el bullicio de la gente pasando por los alrededores.