Atenta a su corazón, el esfuerzo que suponía el día a día, hacía que sus latidos se desacompasara.
Un fuerte dolor en su brazo derecho, le advirtió de que él no podía por mas tiempo estar sujeto a la terrible ansiedad.
Tras una semana en el hospital, volvío con su corazón mal trecho pero se había dado una segundo oportunidad, y era mirar con ojos nuevos las pequeñas y grandes cosas que hace que el mundo siga girando sin notar la falta de nadie.
1 comentario:
nadie es imprescindible y sin embargo pensamos que tantas cosas lo son, como la ansiedad, una forma de vivir que no te permite disfrutar de esas pequeñas-grandes cosas de las que hablas.
bueno, enhorabuena por lanzarte al mundo bloguero y encantada de leerte, ya sabía yo que albergabas un alma de letras
kiss
3,14
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