domingo, 30 de agosto de 2009

La mirada en vez del corazón

Atenta a su corazón, el esfuerzo que suponía el día a día, hacía que sus latidos se desacompasara.

Un fuerte dolor en su brazo derecho, le advirtió de que él no podía por mas tiempo estar sujeto a la terrible ansiedad.

Tras una semana en el hospital, volvío con su corazón mal trecho pero se había dado una segundo oportunidad, y era mirar con ojos nuevos las pequeñas y grandes cosas que hace que el mundo siga girando sin notar la falta de nadie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

nadie es imprescindible y sin embargo pensamos que tantas cosas lo son, como la ansiedad, una forma de vivir que no te permite disfrutar de esas pequeñas-grandes cosas de las que hablas.
bueno, enhorabuena por lanzarte al mundo bloguero y encantada de leerte, ya sabía yo que albergabas un alma de letras
kiss
3,14