Cumplida la edad que no quiere tener, volvío a sentir el amor cruzando su cuerpo e instalándose en lo mas profundo de su ser.
Lo que en otro tiempo fue un suplicio el día a dia, el abrir el pastillero maldito, ahora era su deseo mas ferviente, ver como la mañana cruzaba su habitanción oscura, el vaso de agua y tomar la medicación que le permitía seguir una hora mas con ella.
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