sábado, 19 de abril de 2014

Frialdad.

Cogió la mano de la madre muerta, recogió los suspiros, la voz de sus recuerdos y olvidó su muerte.
El tecletar de la maquina de coser, comprada con el esfuerzo del sudor de la frente, se dejo sentir dentro de la habitación, intentó encontrar la persona que mecía la maquina, sin encontrarla. Entonces su cuerpo recogío el frío helado de la muerte y una lágrima recorrió la cara hasta rozar sus labios.

Si estas ahí, dejame saludarte.

Ella me visitó, tiempo que no estaba entre mis páginas, la busque para expresar mi alegría pero no podía ir hacia ella. Y ahora te grito, chica dejate querer, dejate comprender dejame contactar contingo.

sábado, 12 de abril de 2014

Culpa



La niebla tiño de blanco la carretera, las hojas caían cuan gotas de lluvia. Dentro, en el coche, sólo podía escuchar la música que salía compulsivamente por los altavoces, y de pronto, al fondo, una mancha roja cubría la carretera, un frenazo brusco rompió de imprevisto el cristal delantero y un cuerpo entró en el habitáculo, un golpe seco en el asiento del acompañante nublo la vista de él, y pudo sentir la sangre sobre su brazo caliente aún.

Ya no conduce, vaga entre las callejuelas contando que no fue él que fue la niebla.