martes, 30 de marzo de 2010

Encantador de la palabra

Las palabras fluían, relataba hechos, sucesos, hallazgos. 
A veces mentía, y otras no. 
Con el tiempo supo que su palabra provocaba cambios profundos en los otros, convencía sin esfuerzo, y cuando ese poder lo tomo como suyo, desde ese preciso momento, las palabras las adaptaban a sus deseos, y para él, dejo de tener importancia la verdad o la mentira, y sólo las usaba para engrandecer su ego.

12 comentarios:

MTeresa dijo...

Hay muchos que aprovechan
su don para beneficio propio,
sin embargo
pronto o tarde
se les descubre el egoísmo,
sin duda.
Un saludo

Rafael San Andres dijo...

Bueno...espero que eso no me pase a mi, jajaja qué más quisiera yo que tener esos poderes.

Besos

Isabel Barceló Chico dijo...

Has hecho un buen retrato de esos sujetos, hay muchos sueltos por ahí. No hay más que mirar a nuestro alrededor... Besitos.

Adelina dijo...

Mal uso de la palabra...

Muchos besos.

César dijo...

La verdad es que son cada vez más los que utilizan sus virtudes para engordar.

Ashia dijo...

Quién engorda su ego atraves de sus falsas palabras, pienso que es por falta de autoestima.

Besos

Verónica dijo...

Por desgracia en esta vida nos vamos a encontrar muchas personas asi, yo las llamo "vendedores de humo".

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...

delgaducho dijo...

Joder, que grandísima reflexión, que cierto, el poder de la palabra es inmenso y aquel que se sabe poseedor de el y capaz de manejarlo a su antojo acaba, inevitablemente, por utilzarlo en beneficio propio.
PD: Vínculos emocionales? ni te imaginas, no te puedes hacer una idea, vínculos hasta el punto de yacer bajo el mismo suelo, sobre el mismo lecho...algún día escribiré mis memorias bloggeras, jaja

delgaducho dijo...

quise decir bajo el mismo cielo, perdón.

Adelina dijo...

Tienes un premio en mi blog...

Un beso, Ex compi.

Ashia dijo...

Hola de nuevo, Ex compi, tienes un premio en mi blog.

Besos

Erne dijo...

Hola.
Dos entratadas muy bonitas.

Pero cuida tus secretos porque nunca podrás saber a ciencia cierta si a esa persona que tanto quieres ahora la vas a tener siempre.
Uno no puede poner la mano en el fuego ni por él mismo.

Con los secretos lo mejor que se puede hacer es olvidarlos o bien cantarlos a gritos desde el balcón para que dejen de serlo.

Un beso