sábado, 11 de abril de 2009

El orgullo maternal

Allí estaba él, en el lugar por el que tanto había luchado, su madre junto a él orgullosa. Al fin venía colmada toda el esfuerzo realizado. Junto los aplausos y los vítores, ella le abrazó, como cuando era niño, noto su olor fresco y el calor de su cuerpo junto al suyo, ya no era frágil como cuando asustado le llamaba para que encendiera la luz de la habitación y le espantara los fantasmas que todas las noches rondaban su cama y con un fuerte beso en la mejilla sellaba la noche y él encontraba el sueño reparador.

No hay comentarios: